"Los derechos humanos son sus derechos. Tómenlos. Defiéndanlos. Promuévanlos. Entiéndanlos e insistan en ellos. Nútranlos y enriquézcanlos ... Son lo mejor de nosotros. Denles vida." Kofi Annan

martes, 17 de noviembre de 2015

La avenida Libertador: cementerio trans en Caracas*


“Grítale marico. Grítale marico. Ese culote, papito”, incitó un hombre a dos menores de edad la semana pasada, cuando transitaban a bordo de una lujosa camioneta por la avenida Libertador de Caracas frente a un grupo de mujeres trans. Yonatan Matheus, director general de la ONG Venezuela Diversa, presenció el cruce y lamenta que sean los propios padres quienes promuevan la intolerancia y el odio contra las personas sexodiversas.

Solo en agosto se produjeron dos asesinatos de mujeres trans en la avenida Libertador. Las mujeres estaban paradas frente a la clínica Santiago de León de Caracas, cuando pasó un carro desde el que les dispararon directo a la cabeza. Cada 16 de noviembre, por resolución de la Organización de Naciones Unidas, se celebra el Día internacional de la Tolerancia. Según la revisión hemerográfica de crímenes de odio de la organización Acción Ciudadana Contra el Sida (Accsi), Venezuela arriba a la fecha con un registro de 72 asesinatos y 67 agresiones a personas de la diversidad sexual, entre enero de 2009 y mayo de 2015.

Arianna Jiménez, a sus 27 años, se define como activista trans. Pero también fue prostituta. “Dediqué mi juventud al comercio sexual. Desde los 19 hasta los 23 años. La sociedad me llevó a eso. El comercio sexual es donde nos aceptan, porque nos vendemos. La prostitución nos permite hacernos cirugías y mantenernos”. Arianna trabajó y vendió sus servicios sexuales en la avenida Libertador, en Valencia y en Táchira. “La tolerancia con una mujer trans es menor incluso que con una lesbiana. Gracias a Dios nunca lo viví, pero vi cómo pasaban carros y les tiraban huevos, piedras y hasta tiros a otras, sin mediar palabra”.

Las agresiones no se limitan al lugar de trabajo. La intransigencia hacia los sexodiversos y específicamente hacia las mujeres trans abarca muchos otros aspectos de la vida, incluso uno que es extremadamente simple para los heterosexuales: ir al baño. “En lo que ven que eres transexual, te sacan de cualquier baño público. En discotecas o en centros comerciales, pasa lo mismo. Yo trato siempre de explicar al personal de seguridad la situación. Para nosotras es un peligro que nos obliguen ir al baño de los hombres, porque podemos ser víctimas de violación o de golpes”.


Cuando se retiró de la prostitución, Arianna empezó a trabajar como estilista. Actualmente se dedica al activismo y quiere ser defensora de los derechos de la diversidad sexual en el estado Bolívar. El año que viene quiere comenzar a estudiar Derecho.

El enemigo es la impunidad

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