"Los derechos humanos son sus derechos. Tómenlos. Defiéndanlos. Promuévanlos. Entiéndanlos e insistan en ellos. Nútranlos y enriquézcanlos ... Son lo mejor de nosotros. Denles vida." Kofi Annan

lunes, 18 de mayo de 2015

¡Todos los derechos para todos y todas! 4ta Caminata contra la homofobia, bifofia y transfobia

La caminata contra la homofobia, bifobia y transfobia se congregó a la salida de la estación Francisco de Miranda, partiendo a la 1:30pm dirección Plaza Brión de Chacaito, centenares de personas, comunidad LGBTI, acompañadas de activistas de organizaciones de DDHH y heterosexuales partieron sin grandes equipos de propaganda.

Banderas, pancartas y un pequeño camión desde el cual Yonatan Matheus de la Organización Venezuela Diversa declamaba discursos y consignas a favor de los derechos humanos sin discriminación y en igualdad.

Una pancarta reivindicativa de este día punteaba la caminata tras el camión, luego cuatro activistas portaban las letras LGBTI seguidos por un grupo de mujeres y hombres Trans y las organizaciones acompañantes: Venezuela Diversa, Red LGBTI de Venezuela, Acción Solidaria, Acción Ciudadana contra el Sida, Cruz Roja de Venezuela, Unión Afirmativa, Colectivos en Positivo, Profesore/as de la UNES, Provea, Civilis, entre otro/as. Activistas reconocidos de la comunidad LGBTI como La Dra. Tamara Adrían, Quitería Franco, Edgar Baptista, Mauricio Gutierrez y Alberto Nieves por nombrar algunos.

La primera parada se produjo en la Plaza Altamira frente a la Embajada de Canadá, sede diplomática que desde el día viernes izó la bandera LGBTI junto a la del país en apoyo a la acción reivindicativa de este domingo. de allí a la policía de Chacao reivindicando la formación por un trato digno y no discriminatorio agradeciendo la custodia para activistas y transeúntes, en el Ministerio de la Vivienda se gritaron consignas a favor del reconocimiento del derecho a una vivienda digna para la comunidad, de allí a la Plaza Brión de Chacaito.

jueves, 16 de abril de 2015

Militarismo y fundamentalismo religioso, una mezcla explosiva*

Homofobia, lesbofobia y transfobia. Para los representantes de la comunidad Lgbti consultados, esa es la explicación al retardo en la discusión del proyecto de ley de matrimonio igualitario, a la negativa de incluir artículos relacionados a la orientación sexual, identidad de género y expresión de género en leyes transversales, y al no aceptar la identidad y cambio de nombre de las personas trans.

Pero a esas fobias sociales aprendidas, como las explica Quiteria Franco, coordinadora de Unión Afirmativa y de la Red LGBTI Venezuela, se suman otros elementos que estarían ensanchando la pared que frena el avance en las reivindicaciones exigidas, y que han sido identificados por las organizaciones.

“¿Por qué casi todos los países de la región han evolucionado en el reconocimiento de los derechos de la población Lgbti y Venezuela no. Será que nosotros somos más religiosos que todos los demás?”, pregunta la abogada Tamara Adrián y a los pocos segundos da la respuesta.

El militarismo, la religión evangélica, el rechazo al sistema internacional de derechos humanos y el nivel intelectual de la Asamblea Nacional. Esas son las cuatro causas que ella identifica.

“Hay un excesivo militarismo en el gobierno actual, y los militares no son los más abiertos del mundo. Además hay una sobrerrepresentación de evangélicos en la bancada del Psuv, en la AN. Eso empezó en el 98 y se ha mantenido. Hemos tenido 40% de evangélicos en la Asamblea Nacional, en la actual llegan a 24%, pero resulta que la población de evangélicos en el país es de 5% a 6%, por eso hablo de una sobrerrepresentación. Y no es solo en la AN, también en el TSJ, CNE, ministerios”.

sábado, 4 de abril de 2015

LGBTI | Indocumentados en su propio país*

En 2009 se hizo una modificación al artículo 146 de la Ley Orgánica de Registro Civil, permitiendo el cambio de nombre. Textualmente dice: “Toda persona podrá cambiar su nombre propio, por una sola vez, ante el registrador o la registradora civil cuando éste sea infamante, la someta al escarnio público, atente contra su integridad moral, honor y reputación, o no se corresponda con su género, afectando así el libre desenvolvimiento de su personalidad”.

Entró en vigencia en marzo de 2010 y la decisión a las solicitudes debe resolverse en máximo 8 días hábiles, según lo establecido, pero desde entonces a ninguna persona trans le han permitido el cambio de nombre. Una de ellas es Rummie Quintero. Hizo la solicitud en 2012, en el Registro Subalterno del 23 de Enero (Distrito Capital), y no le han dado respuesta. “Hay un silencio administrativo en mi caso. Nos hemos reunido con Alejandro Herrera, que es el registrador nacional, y con Sandra Oblitas, del CNE, y les planteamos que no hay nada en Venezuela que prohíba, a nivel legal, el cambio de nombre de las personas trans. Lo que hay es una gran hipocresía y desconocimiento, porque siguen mezclando el concepto de sexo y género. Todo queda a discreción del funcionario”, denuncia Quintero.

Sexo es la circunstancia orgánica que diferencia al macho y a la hembra, al hombre y a la mujer, por tener pene o vagina. Mientras que género se refiere a ser femenino o masculino, al comportamiento, pensamiento, actitud e identidad femenina o masculina.

“El artículo es claro, habla del género. No hace falta una ley especial. Lo que falta es voluntad. Las personas revolucionarias que trabajan en esos espacios deberían reconocer ya el derecho al cambio de nombre, hay un grupo de personas que necesitamos identidad en Venezuela”, reclama Quintero, quien es transgénero y preside la asociación Divas de Venezuela.

Yonatan Matheus, de Venezuela Diversa, recuerda que el CNE (órgano rector del Registro Civil), ha alegado ante las decenas de solicitudes que los conceptos de género y sexo son iguales, y que este artículo se aplicaría a una persona de sexo masculino, con pene, que haya sido registrado con un nombre femenino; o a una persona de sexo femenino, con vagina, que haya sido registrada con un nombre masculino.

La única sentencia que se ha emitido, desde 1998, sobre una solicitud de cambio de nombre para un trans, se dio en noviembre del año pasado en el estado Sucre. Fue declarada inadmisible por considerar a la transexualidad y las operaciones genitales como contrarias a la ley.

“Eso es absurdo, eso es resultado de una justicia evangélica”, denuncia la abogada Tamara Adrián, quien es transexual, reasignada genitalmente. Ella es otro caso sin respuesta, pues en 2003 solicitó ante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia el reconocimiento de su identidad. En mayo, si no pasa nada antes, cumplirá 12 años sin respuesta.

»Si detienen a una mujer trans la encarcelan en un centro de hombres, ‘eso es muy común y es grave'»

Lo que ocurre deja a este grupo de venezolanos en un limbo legal. “Es como ser un inmigrante sin papeles pero en tu propio país”, dice la abogada, quien acota que estas solicitudes y cambios no serían algo nuevo, pues entre 1977 y 1998 Venezuela reconoció la identidad de más de 150 personas trans e intersex (aquellas que nacen con genitales ambiguos) a través de la rectificación de partidas de nacimiento.

“Pero en los últimos 17 años solo se ha reconocido la identidad de tres intersex y ningún trans”, precisó Adrián.

Sin la identidad acorde a su género les niegan o les dificultan excesivamente el derecho a la educación, trabajo, salud, al libre tránsito, a hospedarse donde quieran e incluso, actualmente, a la compra de alimentos en lugares donde exigen la cédula, recalca Adrián. Tampoco pueden luchar contra la discriminación, se les dificulta el acceso a la vivienda y si detienen a una mujer trans la encarcelan en un centro de hombres, “eso es muy común y es grave”.
Rummie Quintero asegura que a las autoridades les ha faltado voluntad para resolver las solicitudes de cambio de nombre que han hecho los trans en Venezuela

Matheus aclara que cuando un adolescente trans empieza a exteriorizar su identidad, empieza el acoso, burlas y hasta humillaciones, llevándolos a la deserción escolar en secundaria o bachillerato. “Es lo que suele pasar, y sabemos que al desertar terminan en una peluquería, o en la avenida Libertador, en una página web o en un anuncio clasificado. Además, el trabajo sexual implica otras circunstancias como el uso de drogas o de métodos clandestinos para modificar su cuerpo. Los jóvenes trans son los más afectados”.

Por ello Adrián insiste en que la falta de reconocimiento de la identidad es la causa principal de la exclusión social y pobreza de las personas trans, pues la mayoría de las mujeres trans terminan ejerciendo el trabajo sexual o de peluquería, mientras que los hombres trans solo tienen opción a empleos de baja remuneración como vigilantes, obreros o personal de mantenimiento.

“80% de los países de Latinoamérica reconocen la identidad de las personas trans y la igualdad de la población Lgbti ante la ley; faltan Paraguay, Perú y Venezuela, y algunos países de Centroamérica. Perú ya está discutiendo el tema, ¿y Venezuela? Nada”, concluye la abogada, quien también es presidenta del Día Mundial contra la Homofobia y Transfobia (Idaho-t).

Publicado en: https://larazon.net
Escrito por: Patricia Marcano
Fecha: 04 de abril 2015
Foto: la razon.net

viernes, 20 de marzo de 2015

Quédate en el Clóset

Las declaraciones de Freddy Bernal, diciendo que las personas homosexuales pueden ser policías siempre y cuando no lo digan, son indignantes, exasperantes y vergonzosas. Más aún, ver a un presentador de noticias permanecer en silencio mientras en su estudio se difunde semejante intolerancia, es peor.

En su pequeño discurso, Bernal intenta (y falla) explicar por qué la Fuerza Policial no puede admitir personas con tatuajes, aretes o que sean "hippies" (tengo una anécdota sobre el odio a los hippies en Venezuela que dejaré para otra publicación). También trata (sin éxito) de justificar los requisitos de conducta para homosexuales en la fuerza, los cuales incluyen no “exhibir su estilo de vida”, no usar camisas rosadas ni pintarse los labios, porque evidentemente eso es lo que hacen los homosexuales.


(No se preocupen, compañeros tatuados, de aretes o hippies; Bernal dice que pueden trabajar en el Ministerio de Cultura).

Rápidamente, añade que no tiene nada en contra de “ese tipo de personas”, asegurándose de que entendamos que él no se considera parte de "ese tipo de personas".

Bernal elimina por completo la figura de la mujer policía y sostiene la imagen del oficial todopoderoso y dominante masculino: libre de tatuajes, agresivamente heterosexual, con el azul masculino como su color favorito.

¿Acaso no hay mujeres en la fuerza? Y si las hay, ¿las mismas restricciones sobre los aretes, el uso de rosado, maquillaje y el “exhibir” estilos de vida lésbicos aplican a ellas?

Para un gobierno que se autoproclama inclusivo, el chavismo realmente tiene algo en contra de los tatuajes. Y además, ¿qué pasa si el tatuaje es la firma de Chávez? Y otra cosa: ¿qué tiene que ver el tener tatuajes con la ética y el desempeño? Esto es lo que Bernal considera como sus principales preocupaciones.

En última instancia, lo que más me molestó de esta entrevista fue la idea de que los homosexuales no deberían “exhibir” su estilo de vida en público, y que ser gay va en contra de lo que un oficial de policía debería ser. Luego repite una y otra vez que eso no es discriminatorio, que se están respetando los derechos de todos. La única explicación que ofrece es que simplemente no sería aceptado, ya que “no está en nuestra cultura”.

Bernal usa la “cultura” como excusa para justificar su misoginia, su intolerancia y su homofobia.

Bernal le está diciendo a hombres valientes como Yonatan Matheus, miembro de Venezuela Diversa, quien fue secuestrado y casi asesinado por la policía metropolitana en 2009, que no tiene cabida en la nueva Fuerza Policial (de hecho, Bernal está equivocado, pues Yonatan ha estado enseñando en la UNES desde 2012 contra todas las adversidades).

Hace apenas unos días, Matheus y Franco, de Venezuela Diversa, presentaron el Informe sobre el Estado de los Derechos Humanos de la comunidad LGBTI en Venezuela ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Es triste y sombrío.

Desde funcionarios gubernamentales que expresan agresiones contra la comunidad, la falta de protección legal para parejas del mismo sexo, más de una década de continuos proyectos de ley para los cuales ningún legislador muestra apoyo, hasta el continuo e imparable asesinato de transexuales y homosexuales (muchas veces a manos de fuerzas de seguridad) para los cuales no hay justicia.

La solución de Bernal es que se queden dentro del clóset. 

Publicado en: https://www.caracaschronicles.com
Escrito por: Audrey M. Dacosta
Traducido al Español: translate.google 
Fecha: 20 de marzo de 2015
Foto:  Caracas chronicles

domingo, 18 de enero de 2015

Conoce la historia de Yonatan: El gay que educó al policía nacional *


El corazón es el primero en avisar cuando algo no anda bien. En estado de reposo, mientras reina la normalidad, puede latir 75 veces por minuto. Pero si algo extraño pasa, su frecuencia suele duplicarse: puede producir más de 150 pulsaciones en el mismo tiempo. Cuando este brinco ocurre, el retumbar se siente con más fuerza. La sangre corre más rápido por el cuerpo, la temperatura aumenta y el respirar se convierte en un ejercicio apresurado. Una alerta así no puede pasar desapercibida, y Yonatan ya se dio cuenta. Su corazón le está avisando que cerca hay peligro.

En apariencia, sólo está a punto de entrar a un salón de clases. La verdad: en segundos se enfrentará de nuevo al enemigo. Bien puede dar media vuelta, pero arrepentirse a estas alturas no tendría sentido. “Tu-cum, tu-cum, tu-cum, tu-cum…”. La alarma sigue encendida, pero ya nadie puede detenerlo. Con una respiración profunda ataja un poco de calma, y con un “Buenos días” entra en el ruedo.

Todos voltean a verlo. Aquí los estudiantes son policías. Eso es lo que altera a Yonatan. Es probable que no sean los mismos que lo atacaron hace más de un año, pero el estar aquí es ver de nuevo sus caras. Y hay algo que empeora todo: está solo. Todos los profesores debutantes siempre van acompañados por otro docente con experiencia. Pero este día es la excepción.

Es mayo del 2011. Se encuentra en la sede de la Universidad Experimental para la Seguridad (Unes) en Catia, al Oeste de Caracas. Está allí para hablar de derechos humanos, su tema sensible. Los efectivos asisten porque la ley los obliga. La legislación sobre el Servicio de Policía y el Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana (PNB), aprobada en 2009, ordena la formación periódica de todos los efectivos. «Reentrenamiento» le llaman, luego de creada la nueva PNB y en referencia a los otros 137 cuerpos policiales que existen en Venezuela y que no fueron fundados bajo el “nuevo paradigma”. Él está allí para reentrenarlos.

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